La preocupación de la humanidad por los efectos que está causando el excesivo consumo de energías sobre la contaminación y el clima global, ha determinado que los temas de la sustitución de las fuentes generadoras, eficiencia y el ahorro energético, figuren en la agenda de todas las instituciones de gestión ambiental mundial y locales; y así como los convenios resultantes de las grandes reuniones y cumbres mundiales promovidos por organismos de carácter intergubernamental, como la ONU, presten una creciente atención a estos asuntos, se destinan dos días al año para la reflexión en torno a ellos.
Así, a pocos días de ser aprobada entre los nuevos Objetivos del Desarrollo Sostenible, promulgados por la reciente Cumbre de las Naciones Unidas, el correspondiente al deseo de asegurar el acceso a energías asequibles, fiables, sostenibles y modernas para todos, corresponde a este mes de octubre en la agenda de efemérides ambientales, realizar nuestro propio análisis introspectivo, como miembros de los distintos grupos poblacionales de los cuales formamos parte, sobre nuestro estilo de vida o comportamiento en relación al uso de las distintas energías disponibles. El 5 de marzo, como todos los años desde 1998 correspondió al tema específico de la eficiencia, que involucra especialmente a las instituciones de carácter gubernamental con responsabilidad en la generación de electricidad y combustibles para su distribución en sus ámbitos de gestión.
Todas estas modalidades de acción tienen el propósito común del racional aprovechamiento de las distintas fuentes energéticas en función de garantizar, por una parte, una mayor calidad del aire que respiramos, la garantía de una atmósfera menos contaminada, y un mayor control de las temperaturas locales y globales. Sin embargo, como indicamos, la institucionalización desde hace tres años del Día Mundial del Ahorro de Energía tiene como principal protagonista al hombre en sociedad.
Tal situación obliga a adoptar hábitos de consumo de combustible más racionales, como el privilegiar el uso de transportes públicos en las poblaciones donde la oferta de servicios lo posibilite, así como la utilización de bicicletas donde la topografía del terreno lo permita. Caracas, como otras ciudades de la región andina tiene dificultades en este sentido; pero muchas, como Valencia, Maracay y Maracaibo, entre las de mayor concentración de habitantes ofrecen la ventaja de ser prácticamente planas.
Ser igualmente racionales en el tiempo de encendido de las cocinas a gas, cerciorándonos de apagarla mientras los alimentos para ser cocinados se encuentren apartados de las hornillas, es otra forma de contribuir con el ahorro de energía de origen fósil
Prácticas de ahorro energético también son posibles con el uso de la electricidad, especialmente en el hogar, evitando mantener varios televisores encendidos al mismo tiempo, así como racionalizando la utilización de los calentadores de agua y aparatos de aire acondicionado, y evitando el funcionamiento de la lavadora para cargas mínimas de ropa.
Como puede entenderse los problemas ambientales nos afectan a todos, y corresponde a cada persona en particular asumir nuestra propia responsabilidad con la contaminación y el cambio climático en el planeta.